“Me he sentido muy mal; es una situación que como a mí, a cualquier persona le puede pasar y me duele mucho porque ya no tengo trabajo, tenía dinero por retirar y la información estaba en mi cuenta, y ya no tengo cómo acceder a ella, además mi familia... eso me ha perjudicado demasiado”. Camila Agudelo es sólo una entre las más de 28 mil personas, que según los registros del año 2019 expuestos por el periódico El Tiempo, son afectadas por los diferentes tipos de delitos informáticos existentes en el país y que hoy tienen en vilo a los usuarios de la web.
“Me he sentido muy mal; es una situación que como a mí, a cualquier persona le puede pasar y me duele mucho porque ya no tengo trabajo, tenía dinero por retirar y la información estaba en mi cuenta, y ya no tengo cómo acceder a ella, además mi familia... eso me ha perjudicado demasiado”.
Camila Agudelo es sólo una entre las más de 28 mil personas, que según los registros del año 2019 expuestos por el periódico El Tiempo, son afectadas por los diferentes tipos de delitos informáticos existentes en el país y que hoy tienen en vilo a los usuarios de la web.
Un espacio abstracto e infinito
Con el nacimiento del internet y posteriormente de las redes sociales, los individuos fueron desplazados a un espacio abstracto e infinito conocido como 'la web', factor que ha influido en las dinámicas de comunicación tradicional, pues ahora las barreras parecen no existir a través de las pantallas, esto representa ventajas en el mundo tecnológico, de relacionamiento y extensión social, sin embargo, su amplitud es tal que el 'mundo de la nube' se convirtió en un fenómeno y en un universo de datos e información inconcebibles para el hombre, llevándolo a la ambición y el chantaje. Esto abre las puertas de un mundo sin leyes que se ampara en el anonimato, facilitando todo tipo de acciones delictivas.
En el 2019 se reportaron a nivel nacional 15.948 infracciones a la ley 1273 de 2009 del código penal en la que se tipifican las conductas delictivas que se presentan en la red, así lo informó el diario El Tiempo en un artículo donde se detalla el incremento de estos delitos en los últimos años. En el departamento de Risaralda tuvieron lugar 386 de estos casos. Según la información otorgada por parte de la Fiscalía, la mayoría de estos casos de delitos, están relacionados con el hurto por medios informáticos y semejantes, Artículo 269I.
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Para llevar a cabo la ejecución de estos delitos solo es necesario contar con un dispositivo electrónico con acceso a internet y desde allí a través de un software malicioso y haciendo uso de la ingeniería social obtener la información que se requiere. María Eugenia Acevedo vivió esto en carne propia cuando un viernes en la mañana recibió el extracto bancario en el que le notifican un incremento en el pago de su suscripción a la plataforma de streaming Netflix. Luego de hacer la denuncia ante la policía a finales de Noviembre del año 2019 fue posible determinar que en efecto había sido víctima de hurto informático a través de la clonación de su tarjeta de crédito, y es que, este tipo de delitos atentan directamente contra el patrimonio económico por lo que luego de las entidades bancarias los ciudadanos son los más afectados.
La preocupación por parte de las autoridades al advertir a los ciudadanos sobre la importancia de tomar medidas preventivas en el manejo de su información es precisamente para evitar que este tipo de delitos se comentan ya que el hurto no es el único delito que se ha denunciado en el departamento, seguido a este aparece el acceso abusivo a sistemas informáticos, Artículo 269A, y la violación de datos personales, Artículo 269F, en los que se ha determinado, gracias a los datos otorgados por parte de la SIJIN, que en su mayoría las víctimas han sido mujeres.
*Persona jurídica: figura jurídica que permite dar representación a una institución, organización o empresa, pero no es un ciudadano, aunque está dotada de derechos y obligaciones.
Durante los últimos años los delitos informáticos se han convertido en un dolor de cabeza tanto para entidades gubernamentales, como para entidades privadas y ciudadanos, sin embargo, el incremento por la emergencia sanitaria del COVID-19 ha hecho que estos casos aumenten. Según la Fiscalía General de la Nación, en 2019 se registraron un total 386 delitos en el departamento de Risaralda y hasta mayo del 2020 se evidencia que esta cifra se triplicó, en lo que va del año ya que se han registrado 164 a la fecha. Dentro de los delitos informáticos más frecuentes se encuentran: acceso ilícito a sistemas informáticos, interferencia en el funcionamiento de un sistema informático, obstaculización ilegítima de sistema informático o red de telecomunicación, acceso abusivo a un sistema informático y violación de datos personales.
'El pescador'
¨¿Si viste que te hackeé?¨ yo le dije que qué quería y él dijo plata”. Estas fueron las palabras textuales que leyó Michelle Borrero, influencer de la región y quien contaba con más de treinta mil seguidores en su cuenta de instagram, en el correo que recibió el 23 de abril cuando fue víctima de su primera extorsión por parte de un cibercriminal quien la intimidó mediante un correo con el nombre de ‘El Pescador’.
Michelle tenía en su Instagram un álbum abierto de su vida en el que mostraba un poco de su personalidad, trabajo y gustos a través del contenido que constantemente publicaba, sin embargo, y sin ella saberlo, su cuenta era el blanco perfecto para un cibercriminal: un número de audiencia grande, interacción constante con su público y ella, una figura pública.
Era jueves por la mañana y Michelle se encontraba en su casa en la ciudad de Pereira, estaba dispuesta a seguir trabajando en sus proyectos y en la creación de contenido para sus redes sociales cuando recibió un mensaje, ¨era de una cuenta normal, era una cantante de vallenato, se llamaba Laura, era una nena común y corriente¨ esta persona afirmaba que había sido notificada de que alguien con el nombre de Michelle estaba intentando meterse a su cuenta de Gmail, Michelle extrañada le responde que no es así, a lo que Laura le envía una foto donde supuestamente hacía veraz su afirmación y la influencer, confundida por la situación abre la imagen, ahí comete el primer error.
Encriptado en la imagen había un link que le dio acceso a la información de la cuenta de Michelle al 'El Pescador', luego de tener acceso a estos datos, ya era muy difícil dar marcha atrás. A partir de allí se desencadenan las extorsiones por parte del criminal quien pedía 150 dólares a cambio de devolver la cuenta. La primera vez 'El Pescador' se comunicó con Michelle a través del correo electrónico pero más adelante empezó a enviar notas de voz por Whatsapp que ayudaron a Michelle a identificar rasgos específicos del hombre como su nacionalidad gracias a su acento argentino tan marcado.
Luego de ser consciente de la magnitud del asunto, Michelle notificó a las autoridades por medio de una denuncia por la página web de la Policía Nacional y acudió a su hermano y manager quienes dieron con la identidad del hacker, sin embargo esta información resultó inútil, pues este ya había publicado por medio del instagram robado una serie de historias (imágenes que duran 24 horas en la plataforma) haciéndose pasar por la propietaria de la cuenta, donde pedía dinero por Paypal (plataforma para hacer transacciones), suceso que estresó y frustró a Michelle, pues al fin y al cabo el robo de la cuenta era una pérdida de seguidores, pero esto, ya se trataba de una atropello a su integridad personal y credibilidad.
Pese a las garantías ofrecidas por la ley, Michelle no obtuvo ninguna respuesta por parte de los organismos de control luego de hacer su denuncia, esto debido a conflictos como la falta de información para iniciar una investigación, por lo que ahora sólo le queda buscar justicia por sus propios medios y sumarse a la lista del 85% de colombianos que prefieren no denunciar estos actos delictivos.
La raíz del problema
Según Renato Marín, abogado penalista de la ciudad de Pereira el problema radica en que el Estado no cuenta con personal suficiente en la fiscalía para este tipo de casos porque la velocidad con la que actúa lo jurídico, nunca será la misma que la de las técnicas y avances tecnológicos. A esta postura se une Camilo Escobar, abogado especialista en Derechos TIC y gerente general de Juridia (empresa de consultoría, investigación, y producción de medidas de seguridad jurídica preventiva) quien dice que en Colombia no se hace nada contra los hackers por la negligencia por parte de las redes sociales y del internet mismo.
Tira y afloja
Un juego sin ganador
El 30 de marzo del año 2020, en pleno inicio de la cuarentena nacional, decretada por el Gobierno, iniciaría para Camila Agudelo López algo que más adelante ella misma llamaría como su propia tragicomedia, pues como muchos más casos de mujeres en redes sociales, Agudelo se convertiría esa noche, para ser más exactos a la 9:30, después de dar click al botón de ‘publicar’ a una foto en su Instagram, en el nuevo blanco del hacker que según las dos víctimas citadas en este relato, estaría ubicado en Argentina.
“Dos páginas me comentaron en mi foto que querían trabajar conmigo y alguien me habló en conversación privada al mismo tiempo y yo de una fui a ver qué me habían dicho…”
Nuevamente este fue el gancho que utilizó quien más adelante se identificaría como Lucas el cibercriminal que roba cuentas de mujeres por Instagram para después, a través de las mismas, engañar a personajes públicos como Camila quienes utilizan estas plataformas digitales como su medio de trabajo.
Sin ser consciente de lo que realmente estaba sucediendo Camila, al igual que Michelle cayó en el error de seguir los pasos que la persona detrás de la pantalla le decía con la idea de que todo hacía parte de un mal entendido, fue solo hasta la mañana siguiente, cuando le notificaron a través de su correo sobre una supuesta compra de una aplicación por 15 mil euros, en donde además se encontraban expuestos todos sus datos personales, su correo electrónico, su edad y hasta su fecha de nacimiento que se dió cuenta que había sido hackeada.
“Hola Camila, soy Lucas, yo acabo de hackear todas tus cuentas y tengo acceso a todos tus datos, a tu computador, a absolutamente todo y los voy a bloquear si no me pagas 150 euros y espero que no me hagas esperar mucho”.
Después de unos días, de sufrimiento inagotable y de lágrimas sin cesar, Camila, junto con su jefe en España y su ex pareja sentimental (también involucrado en este suceso), encontraron a la persona que detrás de una pantalla estaría amenazando con exponer toda la intimidad de Camila después de haber movido cielo y tierra para dar con algo que les diera más claridad sobre cómo proceder.
“Cuando él reactivó mi cuenta, mi ex novio se metió a esa foto que yo había subido en la que me habían dejado los comentarios de que supuestamente querían trabajar conmigo, él se metió a estas cuentas y buscó en las personas que las seguían el nombre de Lucas y lo encontró. Así nos dimos cuenta que el trabaja en las redes, él es un cibernauta, seguimos las investigaciones y encontré el Twitter y hasta la ubicación exacta”.
Fueron días de peleas y enfrentamientos entre la influencer y el hacker, un tira y afloja entre los dos. Así pues y en medio de una discusión acalorada, Camila logró sacarle al extorsionador tres audios, en el que confirmaba su procedencia: Argentina. Además, cuando encontraron en redes al potencial hacker, tomaron un video en el que la persona de la página hablaba e hicieron un autenticador de voz con los audios antes mencionados. Se confirmó lo sospechado, se trataba de la misma persona, alguien que la víctima identificada como 'Lucas Masgrau'.
Camila se sentía ganadora en esta batalla, que no eligió luchar, sin embargo y posterior al momento en el que la influencer lo enfrentó con todas las pruebas que había recopilado, el hacker solo le mandó un mensaje que cambió su vida por completo, “mira lo que acabo de subir a tu página”. Agudelo ya era un libro abierto, literalmente, en las redes sociales. De la manera más triste, Camila termina su relato, la historia que marcó un antes y un después para su vida, y que como la de muchas quedó en la impunidad. Una vez más el Gobierno y las entidades que velan por la seguridad y la dignidad de las personas por fuera y dentro de la web, le falló a la justicia y da pié a que, Camila y las 150 mujeres, víctimas de estos delitos en lo que va del 2020, queden en el olvido.
A diferencia de Michelle, Camila fue extorsionada con fotos y video íntimos que tenía guardados en la cuenta vinculada a su celular a cambio de entregarle a Lucas la suma de dinero. Este tipo práctica conocida como ‘sextorsión’ y cada día son más las denuncias de esta modalidad en el departamento.
Es evidente que el final de los casos es tan inconcluso como su existencia, la negligencia por parte de las autoridades, obliga a las víctimas a tomar las riendas de su propio desespero o a evitar su denuncia. Es un fenómeno creciente y circular, y es directamente proporcional en medida de que, mientras crecen las plataformas, hay más usuarios en ellas y por consecuencia un mayor número de afectados. La infinidad de la red sólo permite ver la punta del iceberg, en forma de que las ausencias incrementan. Algunos persiguen, otros se cansan y algunos no llegan, pero cuando alguien se atreve a pasar el dedo sobre la mesa hecha polvo, se genera la misma consciencia en redes que es tan necesaria para evitar este tipo de situaciones.
Casualmente, nos verifica la injusticia existente contra la mujer, esa que se ha construido histórica-socialmente y que ahora, como es evidente, hace parte también de la comunidad web y es la supuesta y errónea imagen de vulnerabilidad que facilita la realización de este tipo de ciberdelitos con éxito y con más frecuencia. De aquí se quedan diversas preguntas sobre las responsabilidades sociales y gubernamentales, pero, la más importante: ¿hasta qué punto la mujer será la misma vulnerada por el simple hecho de ser mujer?
Aquí algunos pasos para evitar el hackeo de tus cuentas:
Reportaje realizado por: Bárbara Franco, Juan Sebastián Castaño, Laura Salazar y Natalia Higuera para la asignatura 'Reportaje'
Universidad Católica de Pereira
Junio 2020